Piwi II La tortuga gigante

Estaba en el cuarto dormido y escuchaba los movimientos de las piedritas de Piwi segunda moverse al son de sus pasos mientras camina lenta y tranquilamente en su pecera, que se descansa en el tallador de la ropa. De repente de la nada, el grifo del agua del lavadero se abrió haciendo que el tallador y la pecera se llenaran y Piwi II saliera a flote para escapar de su pequeña prisión, digo pecera, cuando la Mena ve a Piwi Segunda escabullirse por la puerta de la lavandería, empieza a hacer un escándalo, como si hubiera visto un desconocido, ladrando a todo pulmón, haciendo que rápidamente me saliera de la cama para ver lo que pasaba, fui por las llaves y al abrir la puerta , la Mena le seguía ladrando aún sin atacarla, como diciendo: se esta escapando el prisionero! ve a por él carcelero!. 

Entonces la cargo y la veo fijamente como si se tratara de un pequeño e indefenso animalito que no era tan grande como la palma de mi mano y la vuelvo a depositar en su pequeña celda decorada con piedritas, obsequiándole un gesto de amistad le doy unos pedacitos de lechuga y comida para tortuga para volver a hacer las pases, regreso a mi cama a volver para volver a tratar a mi delicioso sueño y escucho un enorme chorro de agua, un gigantesco arroyo crecía sobre la lavandería, volví corriendo hacía allá, para volver a tratar de cerrar la llave y detener el paso del agua, cuando cerré el grifo, me doy cuenta que Piwi 2da había crecido un poco, era del tamaño de dos de mis manos, yo pensé wow! que tortuga tan grande, como esta vez la pequeña tortuga era un animalón decidí solo ponerla en el lavadero, fuera de su pecerita, regresé a la cama y volví a dormir.

Soñando con mi antigua compañera de secundaria Janina, regresando a los años mozos, felices y "maravillosos" de pubertad. Se volvieron a escuchar los gritos de alerta de la Mena, pero esta vez acompañados por los sonidos de angustia y miedo que siempre hacen los perros al sentirse intimidados, eso hizo que me despertara de mi hermoso y bello sueño con Janina, vuelvo a salir hacia la lavandería esta vez solo inundada por los ladridos de la Mena y al abrir la puerta....

La mena temiendo por su vida 

La Piwi era tan gigantesca como un vocho, y la Mena se empezó a asustar al igual que yo, quise montarmele en su caparazón para poder detenerle y empezó a crecer mas y mas convirtiéndose en una Gamera de más de 15 metros de altura, derrumbando el techo de la lavandería, y después la barda y por ultimo la casa del vecino, a lo que dije, ups vecino lo siento, la Piwi aprovechando su gran tamaño escapó por la calle hacia lo lejos y mi fiel canina contemplando su escape, dicendo: Se feliz Piwi II alcanza tus sueños, mientras hacía una destrucción total a su paso.

Piwi II por Japón, quien diría que llegaría tan lejos