La navidad

 

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Ya paso el 20 de noviembre y la tele ya nos dejo caer la chancla con todo lo de las festividades navideñas, que si el día de Guadalupe, que si la noche buena, navidad, y así hasta el 6 de reyes.

Sin embargo, dejando de lado el valor comercial y todas estas banalidades les quiero compartir otra de las tradiciones que llevo con mi familia, sin duda alguna una piedra angular en mí, lo que puedo decir es que desde hace 22 años según tengo memoria año tras año ponemos los adornos de navidad, de los cuales muchos sucumben con el pasar de los años, otros caen el día que se están colocando en la casa, o peor aun caen en el olvido después de perderlos y lo mejor de todo es cuando vuelven aparecer por arte de magia debajo de algún sofá, pero lo más bonito de todo es la convivencia al estar con la familia adornando el pino o poniendo el nacimiento, simplemente una delicia para mi, aquí les muestro mi nacimiento, consta de algunas figuras que eran de mi abuela, de perdido tendrán mas de 40 años hechas de barro y por supuesto que no puede faltar el pesebre que está conformado por paja, maderitas y palitos que mi abuelo, mi hermano y yo recogimos hace tantos años, es genial recordar los momentos de construcción. Los 3 reyes magos eran desde que mis padres cuando se casaron, en cambio la virgen María y José son mas “recientes“ porque mi hermano  destruyo los viejitos cuando tendría como 3 años.

Una foto de mi carnal y yo, un 24 de diciembre, con un Garfdfield, de alguna promoción del McDonald 

Recuerdo que antes cuando niño nos íbamos los primos al rio, a los arboles de ébano en busca del pastle (La cosa que parece como zacate), para ponerlo en nuestro nacimiento, pero pues uno crece, la familia se distancia y aparte ya te lo venden donde quiera, pero la emoción de ir al rio y pasar una bonita tarde claro que no se olvida y se tiene muy dentro del alma.

Ese lago nunca puede faltar cada año hecho de papel aluminio donde los patos y pescados de barro descansan y se refrescan mientras que las conchas traídas del malecón de Tampico adornan y resaltan la belleza del laguito, esta vez se me ocurrió hacer un rio, ya que se decidió poner al frente, como diría la aunque en años pasados, varios años pasados las tortugas ninja, Mickey mouse, o cualquier colección de sonrics eran adornados pero era lamentable que posteriormente eran quitados por mi madre, digo con todo ese pastle y personas uno podía imaginar que estaba en una jungla o en una villa y jugar plácidamente utilizando la imaginación. 

 Algo que me gustaba, pero que tenía que ir a fuerzas, era eso de los rezos, cuando toda la cuadra estaba repleta de chamacos las vecinas se juntaban y cada una hacia en su casa una recepción, mientras que en la casa anterior, estaban los peregrinos Jesús José y María, hiendo de casa en casa, pidiendo posada, y mientras lo huercos íbamos tronando martillos y varillas.

Y ya después llegando a la casa de la posada pues nos tocaba un maratónico rezo de 50 aves marías y 5 padres nuestros con sus respectivos misterios, ya se imaginaran que todos los chavales bien ansiosos e inquietos haciendo y diciendo tonterías en voz baja y claro recibiendo sus respectivos zapes de su mama en castigo por su mal comportamiento, mientras que no faltaba el huerco que se quiere dormir parado soñando con ser vacas.

Una vez acabado el ultimo ruega por nosotros seguía lo de la adoración al niño dios, donde uno le daba una palmadita a la cabecita del pequeño Jesús, y podía agarrar un dulcito de los que había al rededor de él, era fantástico por que eso daba señal a la fiesta, a la tradicional piñata, dale dale no pierdas el tino se escucha mientras con los ojos vendados ruegas por golpearla lo más fuerte posible, y de repente PUM! Le pegas y escuchas ruidos como lluvia cayendo sobre la calle y te enojas porque nunca faltan los cuates gandayas que te quitan el botín y todos los niños y señoras a gatas por tratar de obtener un dulce! Wow, me toco una abejita, un chicle motita, mira un flippy uuuh.

Ya después de la gloria de la piñata no puede faltar la cena, cualquier cosa es bien recibida, una sopa de pollo, unos tacos, lo que sea, todos conviviendo y comiendo lo que hayan traído las vecinas, Dios multiplica la comida e incluso hasta sobra y todos bien comidos y contentos.Y bueno después que sigue? El postre, alguna vez churros, otras buñuelos, o un pastel o simplemente los dulces que teníamos de la piñata, lo más importante, lo mejor de todo es la convivencia, donde el huerco gandaya se hace amigo del más pequeño de los de la cuadra o la vecina gruñona y fodonga hace las pases con la vecina arguendera.

Y lo mejor de todo, es que aunque no haya todas esas cosas que mencione hace rato, si uno hace las cosas con cariño y con afecto, siempre sale bien, así sea una naranjita o unos buenos deseos y tu diciendo gracias y deseando la paz con tu semejante, esto para mi es la navidad y debería de ser todos los días del año...